Un sentimiento es el resultado de los procesos mentales que ocurren inmediatamente después de experimentar una emoción.
Cuando el cerebro procesa la emoción y la persona descubre el estado anímico que la emoción le ocasiona, ahí se produce el sentimiento.
Los sentimientos deben ser gestionados, dado que si no, pueden ahogarnos.
Y ahora, ¿cómo podemos gestionar esos sentimientos y pensamientos que nos desbordan?
Lo importante es “no enmascarar” la situación y dejarnos ayudar, en caso de que no podamos gestionar solos dicha situación.
Olvidar la situación, cambiar de ubicación o tomar decisiones drásticas para alejarse del problema, no son soluciones psicológicamente beneficiosas, dado que en paralelo a eso, deberíamos acudir a un profesional.
Hay que descomprimir nuestro cerebro, para que deje de tener esos pensamientos rumiativos que nos llevan a sentirnos mal.
Es bueno asumir, admitir las problemáticas y la propia situación, para ir sanando.
En caso contrario, podría estar llamando a la tristeza en mi día a día y así tener más propensión a una menor calidad de pensamientos.
Acepta la situación, no des poder a los pensamientos negativos y agradece lo bueno que te trae este momento de aprendizaje.
Dejar ir permite cerrar ciclos y aporta libertad.
Dejar ir es perdonar a quien nos lastimó y también perdonarnos a nosotros mismos por haber permitido que nos lastimaran.
Libérate de las culpas, asume tu responsabilidad, gestiona tus emociones y sigue adelante.
¿No puedes? Escríbeme y vemos cómo puedo ayudarte.